Con motivo del fin del Mundial de Motociclismo 2018 que tuvo lugar el pasado fin de semana en Cheste (Valencia), hemos querido dedicar el post de hoy a un elemento vital en la seguridad de los motoristas: el casco.

El casco salva vidas

En la actualidad es difícil imaginar a un motorista sin su casco, pero lo cierto es que siguen cometiéndose infracciones en este sentido. Además de la sanción económica y la pérdida de puntos en el carné, circular sin casco acarrea serias consecuencias para el motorista y en numerosas ocasiones la muerte.

En España, durante el año 2017 fallecieron 251 motoristas en vías interurbanas, 2 de ellos no utilizaban el casco en el momento del accidente (tres menos que en 2016), mientras que en ciudad, de los 108 fallecidos, 9 no lo llevaban puesto, uno menos que el año precedente.

El correcto mantenimiento de la moto: una cuestión de vida

En la seguridad del motorista también intervienen otros factores como el estado de las carreteras, el comportamiento del resto de conductores o el mantenimiento de la moto. Tener tu vehículo en el estado correcto y pasar las revisiones periódicamente son cuestiones esenciales y, particularmente, se hacen indispensables en el caso de las motocicletas.

En Blinker somos conscientes de ello y hemos desarrollado una gama de químicos especial para el mantenimiento y cuidado de las motos. Entre los productos del catálogo, destacamos la grasa para cadenas y el limpiador exterior de cascos y viseras.

Un poco de historia

Hasta 1935 nadie pensó que el uso del casco para conductores de motocicletas podría reducir las secuelas de los accidentados, ni mucho menos que podrían prevenir su muerte. Sin embargo, en la mente del neurocirujano Hugh Cairns comenzó a gestarse esa idea a raíz de la trágica muerte de Lawrence de Arabia. El hombre, que se hizo famoso por sus aventuras durante la Gran Guerra en Medio Oriente, murió a causa de un accidente a los mandos de su Brought Superior. Cairns, que asistió a su muerte, concluyó que, de haber usado casco, el destino de Lawrence habría sido otro.

Siguiendo en su empeño de concienciar sobre el uso del casco, el Dr. Cairns estudió a los motoristas del ejército inglés en 1941, recomendándoles llevar esta prenda. En 1946 publicó un segundo estudio en el que certificaba que los motoristas, que habían seguido la recomendación de 1941, habían sufrido menos heridas y de menor consideración que los que no utilizaban casco.

A pesar de estos resultados tan reveladores, el neurocirujano murió sin que el casco fuera obligatorio, ya que hasta 1973 no era necesario su uso en Francia y Reino Unido. En España tuvimos que esperar algunos años más, en 1992 el casco se convertía en obligatorio.